lunes, 4 de diciembre de 2017

VITTORIO DE SICCA, EL SCHINDLER ITALIANO

Entre 1943 y 1944 se rodó en Roma "La puerta del cielo", película dirigida por Vittorio de Sica y producida por el Vaticano. El rodaje se realizó en la Basílica de San Pablo Extramuros.
Roma vivía en 1943 una aparente normalidad, pese a ser una ciudad ocupada por la Alemania nazi.
La acción se desarrollaba en un tren hospital que se dirigía a Loreto, buscando un milagro. Viajaban en él un joven paralítico huérfano, una pianista con una mano paralizada y un obrero ciego, acompañado por otro compañero de infortunio.

La película, que llegó a los cines en 1945, no fue, sin embargo, un trabajo más. Vittorio De Sica fue el único que conocía una de las condiciones impuestas por el Centro Católico Cinematográfico: acoger como extras y técnicos a unos 300 refugiados, judío, aliados y perseguidos antifascistas, que debían figurar con nombre supuestos para salvarlos de una muerte segura.  Se los alojó en la Basílica de San Pablo Extramuro.
La grabación se alargó justo hasta el día antes de la llegada de los aliados, lo que ocurrió el 5 de junio de 1944. La película, en cambio, pasó sin pena ni gloria.

Una curiosidad
Como delegado de la producción fue elegido un joven Monseñor que trabajaba en la Secretaría de Estado, se llamaba Giovanni Battista Montini. Un día pidió encuadrar unos planos, desconociendo que si lo hacía debía pagar un refrigerio al equipo por la molestia causada. Era una costumbre, pero nadie se atrevió a recordárselo al Monseñor. Fue Vittorio de Sicca quien rompió el hielo, obligando a Montini a pagar una ronda de capuccinos con bollos. Aquel Monseñor llegó en 1963 a Papa, adoptando el nombre de Pablo Vl.

 
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