viernes, 4 de mayo de 2018

EL CINE MUDO

El cine mudo se ganó el gusto del público persistiendo hasta finales de la década del 20.
Al no contar con el audio para el intercambio de parlamentos, se sirvió de algunos títulos para aclarar
las distintas situaciones o para dar a entender conversaciones importantes, como declaraciones de amor, por ejemplo.
La música era el único sonido presente en la proyección de las películas. Sonaba en directo y se la reconocía como parte esencial del film. Los cines de los pueblos contaban con un pianista; en cambio, las grandes ciudades tenían orquestas completas.
Cuando la ocasión lo requería las proyecciones tenían un narrador que relataba las acciones o describía las situaciones con voz en off.
Los actores debían manejar artísticamente sus expresiones corporales para que el público pudiera comprender lo que se estaba representando en la pantalla.
La actuación exagerada era necesaria para enfatizar las acciones principales.
En la era muda se filmaron miles de películas pero un número considerable de ellas, alrededor del 90% según algunos historiadores, no fueron conservadas correctamente. Las grabaciones se convirtieron en polvo perdiéndose para siempre.

LUCES DE LA CIUDAD (1931)
Última película muda de Charles Chaplin. Aquí encarna a su histórico vagabundo, enamorado de una florista ciega que cree que él es millonario. Para mantener las apariencias hace lo imposible para reunir el dinero para pagarle una operación que le permita recobrar la vista. Como cada obra de "Charlot"es una maravilla de la comedia física y ofrece el que muchos consideran el final más conmovedor de la historia del cine.

NOSFERATU (1922)
Película de terror por excelencia basada en el "Drácula", de Bram Stoker. La representación inquietante que hace Murnau del famoso vampiro se intensifica con su caracterización demoníaca del monstruo, el uso inteligente de las sombras y la estupenda escenografía.

LOS DIEZ MANDAMIENTOS ( 1923)
Su director, Cecil B. DeMille, fue seguramente el cineasta que mejor manejó las muchedumbres compuestas por miles de extras. En una era en que las masas no podían hacerse con computadoras, él coordinaba a grupos enormes de personas para la ocasión, registrando con su cámara planos generales de una belleza inefable.

METROPOLIS (1927)
Es, quizá, la última gran joya del expresionismo alemán. Una película futurista que presenta una sociedad inquietante donde una clase privilegiada explota al resto de la humanidad. Su brillante diseño de edificios y autopistas sigue inspirando al cine actual. Los efectos especiales, como la ouesta en marcha de un robot y el videoteléfono, conservan hoy toda su validez.

EL LADRON DE BAGDAD ( 1924 )
Un hábil ladronzuelo se gana la vida con pequeños robos en las calles de Bagdad. Finalmente lo detienen y lo envían a la cárcel donde se hace amigo del mismísimo Califa, encarcelado por el malvado visir que ha usurpado el trono.


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